La principal amenaza para esta especie y otras que habitan los Valles
Secos Interandinos, es la deforestación de sus Bosques, para diferentes fines:
Asentamientos urbanos: Con el crecimiento poblacional de la ciudad de
Cochabamba, Quillacollo y Vinto exige la expansión de los centros urbanos hacia
las serranías, que son los principales hábitats de Contomastix vittata.
Expansión agrícola: En las serranías se están habilitando tierras
agrícolas para el cultivo de hortalizas, verduras y tubérculos, debido a la
gran demanda en las ciudades.
Campos de pastoreo: La crianza de ganado (vacuno y bovino) aumento
durante los últimos años, lo que provoco la demanda de mayores extensiones de
campos de pastoreo, invadiendo los hábitats de esta lagartija.
Extracción de leña: Mucha gente de limitados recursos no tiene la posibilidad de acceder a combustible como
el gas para la cocción de sus alimentos,
por lo cual se ve en la necesidad de extraer leña de los bosques para
utilizarlos como combustible.
La cacería indiscriminada de reptiles, entre ellas Contomastix vittata en la celebración de Semana Santa, se considera también una fuerte amenaza, debido a que
muchos individuos son capturados y sacrificados por la siguiente creencia “que las personas pueden purgar sus pecados
con el sacrificio de un reptil”, situación que debe ser cambiada mediante
la difusión y educación. Además, a esto se suma la utilización de esta especie
y otras lagartijas como insumo en ritos tradicionales y muchas veces en cura de
enfermedades y maleficios (janpi).
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